Este artículo ha sido escrito por el Danish Jewish Museum.
El Danish Jewish Museum es un museo nacional de historia cultural que cuenta la vida de los judíos daneses desde la invitación del rey Christian IV en 1622 para que los judíos se establecieran en sus reinos hasta la actualidad. Prestan más de 15 objetos originales que reflejan el papel de Dinamarca y Suecia durante la Segunda Guerra Mundial.
La experiencia de los judíos daneses durante el Holocausto puede clasificarse, a grandes rasgos, en tres grupos. Por un lado, aquellos que lograron escapar a la Suecia neutral, los que fueron detenidos y deportados al campo de Theresienstadt (por definición, un gueto) y los que consiguieron esconderse.
Los objetos que el Danish Jewish Museum ha aportado a la exposición Auschwitz. No hace mucho. No muy lejos reflejan estas diferentes experiencias.
La parte más conocida de la historia es el rescate de la mayoría de los judíos daneses a través del Oresund en octubre de 1943. Alrededor de 7.000 personas, como los hermanos Norden, que tuvieron que afrontar solos la travesía para reunirse con sus padres, consiguieron escapar y pasaron el resto de los años de guerra en Suecia, antes de regresar a Dinamarca. Sin embargo, no todos tuvieron tanta suerte. 470 personas fueron detenidas y deportadas a Theresienstadt.
Los acuerdos entre el gobierno alemán y el danés impidieron que los judíos daneses fueran enviados a campos de exterminio y, posteriormente, recibieron paquetes de asistencia. Esta iniciativa fue liderada al principio desde una iniciativa semi-privada apoyada por el Ministerio de Asuntos Sociales, pero, más adelante, desde la Cruz Roja danesa. Les facilitaban ropa de abrigo, como el jersey de lana de Ralph Oppenhejm, y alimentos. A pesar de estos esfuerzos, 53 de ellos perecieron en el campo, incluidos dos bebés nacidos en cautividad.
Sin embargo, muchas familias no llevaron a sus hijos a Suecia con ellos. Se cree que los padres no querían someter a sus hijos a la peligrosa travesía y a un futuro incierto como refugiados. En su lugar, al menos 148 niños, en su mayoría menores de 10 años, fueron escondidos en Dinamarca con identidades falsas, con familiares no judíos o incluso con completos desconocidos.
Las postales que la madre de Jeff Ibo envió desde Suecia a su hijo, que permanecía escondido, dejan en evidencia que estar separados de sus familias durante los años más cruciales de su desarrollo, tuvo profundas consecuencias psicológicas para muchos de estos niños.