«Me puedo pasar sin abogados, sin ingenieros, sin constructores, pero sin vosotros, los médicos nacionalsocialistas, no me puedo pasar ni un solo día ni una sola hora. Si me falláis, todo está perdido. ¿Para qué sirve nuestra lucha si la salud de nuestro pueblo está en peligro?»
Estas palabras dirigidas por Hitler a la Asociación de Médicos nacionalsocialistas en 1938 nos ayudan a situar el papel que la profesión médica jugó en la puesta en práctica de la política racial del Partido nazi.
En julio de 1933 se aprueba una ley por la cual más de 400000 alemanes a los que se consideraba portadores de enfermedades hereditarias fueron forzosamente esterilizados.
Coincidiendo con el inicio de la II Guerra Mundial Hitler autoriza el denominado Programa T4, por el cual más de 70.000 personas ingresadas en hospitales psiquiátricos fueron trasladados a diferentes centros (Hartheim, Bernburg, Brandenburg, Hadamar, Sonnenstein y Graefeneck) donde serán asesinados en cámaras de gas. Se hacía sin conocimiento de sus familiares, quienes posteriormente recibían una carta de condolencia y una urna con cenizas.
En la exposición se puede contemplar una fotografía de Hartheim con el humo procedente del crematorio. También la bata del Dr. Renno, director de dicho hospital y el retrato de la pintora vanguardista Elfriede Lohse, asesinada en Sonnenstein.
Tras la Conferencia de Wannsee en enero de 1942 comienza el traslado de los judíos europeos a los seis campos de exterminio en la Polonia ocupada. Auschwitz es el más emblemático. Son los médicos los que reciben a los judíos que llegan de toda Europa en vagones de ganado. Sólo la apariencia física salvará a una minoría de la cámara de gas.
Una camilla con instrumental ginecológico nos recuerda los experimentos de esterilización llevados a cabo por Clauberg y Schuman en mujeres del campo de Auschwitz, con el fin de hallar el método más sencillo para esterilizar a las futuras poblaciones sometidas.
Nos conmovemos con los testimonios de Rene Slotkin e Irene Hizme imaginando las terribles atrocidades que el Dr. Mengele realizó en gemelos aprovechando la excepcional ventaja que suponía comparar la reacción de cada uno de ellos a sus experimentos.
Visitar la exposición nos permite conocer que no hace mucho y no muy lejos hubo médicos que pervirtieron los valores de la profesión y se convirtieron en ejecutores de crímenes que avergüenzan a todos.
Esteban González López y Rosa Ríos Cortés, son profesores de la asignatura El Holocausto, una reflexión desde la Medicina, en la Universidad Autónoma de Madrid.